CRISM, uno de los seis instrumentos a bordo del Mars Reconnaissance Orbiter de la agencia, elaboró mapas globales de los minerales de la superficie del Planeta Rojo.
La NASA apagó el 3 de abril uno de sus instrumentos más antiguos de estudio de Marte, una medida prevista desde el año pasado. A bordo del Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA, CRISM, o Espectrómetro Compacto de Imágenes de Reconocimiento para Marte, reveló minerales como arcillas, hematita (también conocida como óxido de hierro) y sulfatos en toda la superficie del Planeta Rojo durante 17 años.
Dirigido por el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins en Laurel (Maryland), CRISM elaboró mapas minerales de alta resolución cruciales para ayudar a los científicos a comprender cómo los lagos, arroyos y aguas subterráneas dieron forma al planeta hace miles de millones de años. Los dos detectores del instrumento observaban en luz visible e infrarroja, detectando las huellas químicas, o espectros, de los minerales que se forman en presencia de agua.
«El cierre de CRISM marca el final de una era para nosotros», declaró Rich Zurek, científico del proyecto MRO en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que gestiona la misión. Ha revelado dónde y cómo el agua transformó el antiguo Marte». Los científicos aprovecharán los productos de datos CRISM durante años».
La NASA también se ha basado en los mapas CRISM para averiguar dónde se encuentran los lugares de aterrizaje más interesantes desde el punto de vista científico, como ocurre con el cráter Gale, que Curiosity lleva explorando desde 2012, y el cráter Jezero, donde el rover Perseverance de la NASA recogió recientemente su decimonovena muestra.
Para estudiar la luz infrarroja, que irradian los objetos calientes y es invisible para el ojo humano, CRISM utilizó criorefrigeradores para aislar uno de sus espectrómetros del calor de la nave espacial. Se utilizaron tres criorrefrigeradores sucesivamente, y el último completó su ciclo de vida en 2017.
El equipo de CRISM buscó entonces la manera de seguir produciendo datos sin necesidad de criocoolers, y decidió crear dos nuevos mapas casi globales. El primero de ellos se basó en datos recogidos anteriormente por el espectrómetro infrarrojo y por el segundo espectrómetro del instrumento, que observaba una gama más limitada de minerales en luz visible e infrarroja cercana. Este primer mapa de minerales relacionados con el agua, de 5,6 gigapíxeles, tiene una resolución espacial de 600 pies (180 metros) por píxel y cubre el 86% de Marte. Los científicos empezaron a publicarlo por secciones el año pasado.
Para el segundo mapa, el espectrómetro restante de CRISM recopiló datos con una resolución espacial aún mayor (90 metros por píxel). La publicación de este mapa está prevista para septiembre.
«Con estos nuevos mapas, los investigadores pueden relacionar fácilmente los yacimientos minerales observados en imágenes de alta resolución con las tendencias a escala regional, las características del paisaje y la geología», afirma Kim Seelos, investigador principal adjunto de CRISM en el APL. «Aunque la investigación CRISM está llegando formalmente a su fin, espero y deseo ver a muchos científicos futuros aprovechando los datos de CRISM para sus investigaciones».
El JPL de la NASA, una división de Caltech en Pasadena, California, gestiona MRO para la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington.