Nunca olvidaré la primera vez que compré ropa de Shein, el minorista de moda rápida con sede en China. A finales de 2018, cuando vivía en Nueva York, me moría de ganas de sorprender a todo el mundo con mi ropa nueva. Entraba en el sitio y veía tantos tops, chaquetas y vestidos lindos, ¡y eran tan baratos! Fácilmente gastaría unos cuantos dólares en línea en toda esta ropa y estaría totalmente feliz por ello. Entonces llegó el despertar.
Shein se apodera de Los Ángeles
El año pasado, empecé a ver a algunos expertos de la industria de la moda/ropa como Cora Harrington y Lakyn Carlton tuitear sobre los impactos negativos de comprar ropa en tiendas de moda rápida como Shein. Esta nueva toma de conciencia hizo que dejara de comprar en Shein y otras marcas similares. Pero sólo soy una persona. Sigue habiendo una gran demanda de estas prendas.
Mi colega Josie Huang escribió sobre cómo Shein continúa su marcha hacia la dominación global, empezando aquí en Los Ángeles, que es donde la empresa china está llevando a cabo sus operaciones en Estados Unidos. Josie informa de que la megaempresa de ropa tiene previsto abrir el segundo de los tres centros de distribución de EE.UU. en el sur de California y ahora tiene nuevas oficinas en el Row DTLA.
Shein abrió recientemente una tienda pop-up en Montebello y está haciendo más visible su marca en las comunidades locales. Por ejemplo, Josie escribe que, en septiembre, Shein encargó a cinco artistas latinos la creación de murales en El Monte con motivo del Mes Nacional de la Herencia Hispana. Shein se está dando a conocer y eso está haciendo sonar la alarma de muchos activistas preocupados por su impacto en todo, desde los trabajadores hasta el medio ambiente.